jueves, 24 de abril de 2008

Internet a través de globos de hidrógeno

Se trata de una novedosa técnica de conexión y Google ya se muestra interesado.
En tiempos de redes WiFi, WiMAX y conexiones a través del tendido eléctrico entre muchas otras posibilidades, hablar de utilizar los viejos globos de hidrógeno para proveer de conexión a Internet parece un mal chiste. Sin embargo, se trata de una realidad y ya gigantes de la talla de Google han fijado sus ojos en esta económica alternativa.
No caben dudas de que las telecomunicaciones evolucionan a una velocidad increíble. Si hace 10 años hubiese sido utópico pronosticar la cantidad actual de hogares con conexiones de banda ancha, y si hace poco tiempo eran muy pocos los que sabían lo que era una red WiFi, en la actualidad ya se esta hablando del siguiente nivel en conexiones, una red que promete ser infinitamente más poderosa y veloz, es decir, WiMAX.
No obstante algunas viejas herramientas parecen dispuestas a dar pelea para no perder la vigencia. Es el caso de los globos de aire que desde hace un tiempo y a partir del interés mostrado por Google en la compañía Space Data, parecen estar en boca de varios medios especializados, como Wired y The Wall Street Journal .
Space Data es una compañía norteamericana que se dedica a proveer soluciones de telecomunicaciones a regiones aisladas y poco pobladas. Con sede en Arizona, Space Data ofrece conectividad en amplias zonas del Sur y del Centro de EE.UU., tarea en la cual ha alcanzado un importante éxito comercial.
¿Como lo hizo?
A través de globos que flotan en la estratosfera a unos 30 kilómetros de altura y que cumplen la función de satélites de bajo costo, ha logrado extender una red de conexión gigantesca. Los globos sostienen repetidoras de conexión, cada uno de los cuales cubre una superficie similar a la alcanzada por 40 antenas instaladas en la tierra.
Es por esto que solo necesita lanzar por día diez globos para cubrir todas las zonas donde presta servicio.
Sin embargo los globos tienen una vida útil de 24 horas, por lo que una vez que caen, los transmisores que tienen incorporados son recuperados por granjeros de la zona a través de GPS y se los vuelve a utilizar en otros globos y así sucesivamente. A los granjeros se les paga alrededor de 50 dólares por cada uno.
Como el costo de lanzamiento de cada globo es de apenas 55 dólares, y el de construcción de una antena terrestre de 250.000 dólares, se entiende que la empresa prefiera apostar por este sistema descartable pero muy económico. Más teniendo en cuenta que las antenas cubren una superficie 40 veces menor que la que cubre un globo. Este nuevo servicio parece tan rentable que Google ya ha estado averiguando para contratar o incluso comprar Space Data.
Según estimaciones gubernamentales, casi el 40 de los habitantes de las zonas rurales de los EE.UU., no tiene acceso a Internet y resulta muy caro construir antenas para zonas tan poco pobladas, por eso este sistema ha resultado muy exitoso.
Sin dudas que la posibilidad de otorgar conexión a grandes zonas y a tan bajo costo, resulta una idea por demás tentadora. Habrá que esperar para saber si esta técnica que funciona tan bien en las zonas rurales norteamericanas puede trasladarse hacia las ciudades por ejemplo y convertirse en una alternativa universal y económica para el acceso a las redes.

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